Libertad Digital
Uno de los flagelos de los productores del interior, sobre todo los ganaderos, es la creciente ola de abigeato. Personas dedicadas a cazar animales de otras propiedades, para faenarlas y luego vender esa carne a un precio mucho más bajo, pero que no cumplen los requerimientos higiénicos ni bromatológicos. Esa cadena de criminalidad comienza en los campos de la provincia y, en muchos casos, termina en carnicerías de venta al público, con los riesgos que eso conlleva.
Patricia Villordo, Coordinadora de la Secretaría de Gobierno del Municipio de Resistencia, trabaja en conjunto con inspectores bromatológicos para encontrar y secuestrar carne en mal estado y que no es apta para el consumo humano y explicó: "Cada proveedor tiene que informar sobre los productos cárnicos que va a vender. Luego de este informe, el municipio de Resistencia cobra a los proveedores una tasa que deriva en un sello de ingreso, donde con eso aseguramos que esa carne que ingresó, lo hizo de manera legal y cumpliendo todos los requisitos que establece el código alimentario nacional".
Una vez que esta carne es ingresada, desde el sector municipal controlado por Villordo, se encargan de contabilizar las unidades totales que ingresan por abastecedora y se aprueba la distribución a las distintas carnicerías de la ciudad .
Su tarea, junto a agentes bromatológicos, es de ir a las carnicerías en una inspección que ocurre en horarios "pocos habituales" , confiesa Villordo, que van "entre las 2 y 4 de la madrugada, o en las primeras horas de la mañana".
Pero ese trabajo tiene sus frutos. "Hace unos días clausuramos una carnicería en Resistencia muy reconocida que tenía varias denuncias", comentó Villordo. La especialista explicó que durante el control, pudieron corroborar el ingreso de varias unidades que no tenían la constancia de sellado , ni el correspondiente remito. Tras estos controles, se decidió secuestrar la carne y clausurar el local.
"Durante este control también pudimos constatar que una media res se había trasladado a esta carnicería en una camioneta 4x4, sin la refrigeración correspondiente ni los controles de calidad que se necesitan", relató Villordo.
Villordo expresó que, en lo que va del mes, su Departamento ya secuestró alrededor de 1.000 kilos de carne en mal estado, que no tenían el aval correspondiente para consumo humano . "Se realizaron operativos en carnicerías de toda la provincia y se secuestró carne no apta en localidades como La Leonesa, Quitilipi y Resistencia", agregó.
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