Libertad Digital
“Lo que les quisieron mostrar desde el primer día es un muñeco de nieve con respecto al señor Emerenciano Sena. ¿Y ustedes alguna vez vieron nieve en el Chaco? Seguramente la respuesta es no”, comenzó este jueves su alegato de clausura el abogado del dirigente social, Ricardo Osuna.
Desde ahí, construyó su tesis central: que el rol de jefe de una “organización criminal” y cerebro del plan que le atribuyen a Sena fue, según él, una ficción montada por el Ministerio Público Fiscal y las querellas, sin respaldo probatorio.
Osuna se detuvo en el arranque del alegato fiscal, que resumió el caso con la frase “La mataron, la quemaron y quisieron salir impunes”. “De esas tres cosas —mataron, quemaron, impunidad—, ¿qué pudieron demostrar con pruebas concretas contra Emerenciano?”, interpeló al jurado. “Hasta el día de hoy, absolutamente nada”, remarcó.
Según la defensa, el único que intentó “poner los pies sobre la tierra” fue el fiscal con algunos elementos objetivos, pero las querellas “hablaron de cuestiones políticas y de una organización criminal que nunca se probó” en debate.
Cámaras, horarios y rutinas: Emerenciano “no estaba en la casa”
Para sostener que su defendido no participó del hecho, Osuna volvió sobre uno de los puntos que considera clave: las cámaras del frente de Santa María de Oro 1460 y la rutina diaria de Sena.
Recordó que el 2 de junio a las 7.15 se ve a Emerenciano salir solo de la casa en su camioneta Toyota “con el logo al costado” y que, según la propia fiscalía, recién a las 9.14 ingresan al domicilio César Sena y Cecilia.
“Esa secuencia prueba que Emerenciano no estaba en el domicilio cuando llega la pareja. Estaba en el barrio, trabajando, como todos los días”, sostuvo, en referencia al barrio Emerenciano Sena (rebautizado Papa Francisco), donde declararon varios testigos.
Osuna resaltó que las mismas cámaras muestran al dirigente volver a su casa alrededor de las 12.15–12.20, salir a las 16.53 y luego “no aparecer más en ninguna filmación”:
“Cuando se le preguntó al testigo Escobar qué pasó después con Emerenciano, dijo: ‘No me pidieron que baje esas entradas y salidas’. Filtraron lo que quisieron que ustedes vean”.
El audio de “Omicrón” y la “bolsa vacía de pruebas”
Otro de los ejes fue el famoso audio enviado por Sena a Gustavo Obregón a las 13.04 de ese viernes, en el que le dice que le dejó “lo de Omicrón” debajo del reloj. Para las acusaciones, eso encaja en el supuesto plan criminal; para la defensa, es solo una conjetura.
“En ese audio no se habla de plata, no se habla de muerte, no se habla de un cuerpo, no se habla de nada concreto. Todo lo que vino después fueron interpretaciones”, insistió Osuna. Y subrayó que el celular de Emerenciano, secuestrado el 9 de junio, solo arrojó ese mensaje como dato relevante: “¿De qué organización criminal hablan si no hay un solo cruce de antenas, un solo chat, una sola orden que lo muestre comandando algo?”.
“Ustedes tienen la facultad de pedirle a la fiscalía que les muestre todas las pruebas de cargo en contra de Emerenciano Sena. Pídanle que las pongan en una bolsa. ¿Saben con qué se van a encontrar? Con una bolsa vacía”.
“Que no se entere Emerenciano”: el mensaje que la defensa resignifica
Osuna también se detuvo en una frase que sobrevoló todo el debate: “Que no se entere Emerenciano”, repetida en distintos mensajes entre imputados y confirmada en el juicio por la propia Marcela Acuña.
Mientras para la acusación eso forma parte del “plan criminal”, la defensa le dio la vuelta:
“Marcela explicó por qué no tenía que enterarse: porque si él se enteraba de lo que había pasado, lo iba a entregar a la policía”, dijo Osuna, presentando a su cliente no como jefe de encubrimiento sino como alguien a quien había que mantener al margen.
Para reforzar esa idea, leyó una seguidilla de mensajes de Marcela a Fabiana González:
- “Fabi, creo que sucedió algo grave con César. Habla con Gustavo, no le digas a Eme ni a César. Estoy desesperada”.
- “Tenemos hasta las 19.30 para sacar eso de mi casa. Lo puedo entretener hasta esa hora”.
- “Más de media hora no puedo controlarlo a Eme. Si no, carguen la basura donde sea, lo que está debajo de la escalera”.
“En todos esos mensajes —interpretó el defensor— se ve que quien controla la situación es Marcela Acuña y que el que no tiene que saber nada es Emerenciano”.
Investigación “a medias” y testigos “guionados”
Buena parte del alegato se centró en atacar la investigación. Osuna habló de una causa “con un velo” y de testigos “guionados”.
Cuestionó que:
- Al guía del perro que intervino en el allanamiento nunca le hicieron pasar el can por la camioneta de Sena.
- No se hayan peritado en profundidad los movimientos del celular de Emerenciano, ni cruzado su actividad con la de otros teléfonos.
- No se interrogara a fondo a los imputados cuando declararon en el juicio, pese a que —según el defensor— la declaración de imputado sigue siendo “la prueba más vieja” del proceso penal: la confesión.
“Tenían ayer a todos sentados, con todas las garantías, y nadie les preguntó qué pasó con Cecilia”, remarcó, en referencia a las declaraciones de Sena, Acuña, Fabiana González, Melgarejo y Reinoso.
También apuntó contra el uso de los videos de Campo Rossi y el traslado de Gustavo Obregón. “Intérprete del cine mudo”, definió al bombero Esquivel que declaró en el juicio: “Nos dicen que Obregón señaló el lugar donde quemaron el cuerpo de Cecilia, pero nunca lo escuchamos declarar acá. Vimos subtítulos, interpretaciones, pero no su voz”.
Contra la figura de “jefe de organización criminal”
La defensa buscó desmontar, punto por punto, la imagen de “jefe de organización criminal” que, según él, quisieron instalar las acusaciones.
“Si él hubiera sido el jefe del plan, ¿no era más fácil sacar cualquier cosa en su camioneta nueva, con tapa en la caja, donde no se veía nada, en vez de usar la camioneta vieja de César que todos conocían?”, planteó.
Recordó que los perros no marcaron la camioneta de Emerenciano, que no hay rastros de sangre ni huellas que la vinculen al traslado de un cuerpo y que ningún testigo lo ubicó en Campo Rossi.
También recordó que entregó su teléfono el 9 de junio, durante el allanamiento: “Lo trajeron a juicio dos años y cinco meses después, y ahora dicen que comandaba todo. Si había un plan, ¿en cuál etapa lo vieron? ¿Planificar, dividir tareas, controlar, ir al campo, verificar que el plan se cumpla? En ninguna”.
“Quítense el velo” y el pedido de no culpabilidad
Sobre el final, Osuna volvió a hablarle directamente al jurado popular. Les agradeció que sean “los jurados de la causa y de los hechos” y les pidió que se sacaran “el velo” que, según él, el Ministerio Público intentó imponer desde el primer día.
“Resuelvan a conciencia, teniendo en cuenta el principio de inocencia y la falta de prueba en contra del señor Emerenciano Sena”, pidió.
Y cerró con la solicitud formal: “Les voy a pedir que emitan un veredicto de no culpabilidad para Emerenciano Sena”.
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