Libertad Digital
Dos de cada tres niñas y niños de Argentina están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro.
Constantemente trabajo por el reconocimiento y defensa de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. En estos tiempos y luego del informe de UNICEF sobre pobreza multidimensional, es fundamental que encabecen la lista de prioridades, no olvidando la realidad que arrojan las estadísticas e informes avalados por académicos, organismos internacionales y centros de investigación sobre esta pobreza infantil en todas sus dimensiones.
Esta situación la vivimos desde hace mucho tiempo, la magnitud y persistencia de la pobreza invisibiliza a chicas y chicos en el ejercicio de sus derechos y perjudica a los adultos que los tienen a cargo, dado que, aunque tengan trabajo, el dinero no alcanza, los planes sociales no dan soluciones mágicas. Debemos proteger con urgencia las necesidades de las infancias.
Insisto, hasta que no se alimenten y eduquen bien a todos los niños y niñas de nuestro país, será difícil lograr un país productivo, con desarrollo e innovación. Es necesario que nos unamos en un círculo virtuoso de cambio radical.
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