"Están matando árboles históricos": el fuerte reclamo ante la poda en Resistencia

En diálogo con Radio Libertad, Néstor Braslavsky, referente de la organización civil Árboles Urbanos de Resistencia, denunció públicamente las malas prácticas de poda que se están llevando a cabo en la ciudad. Según explicó, las cuadrillas municipales "no tienen capacitación adecuada y están realizando cortes indiscriminados que ponen en riesgo el arbolado urbano y la calidad de vida de los vecinos".

"Están matando árboles centenarios"

Braslavsky fue contundente: "Lo que están haciendo es gravísimo. Salen a podar como si fuera un trámite, pero están matando árboles históricos, de más de 80 o 100 años, sin ningún tipo de criterio técnico". Explicó que las podas agresivas, especialmente cuando se cortan ramas gruesas sin cuidados, generan heridas que en poco tiempo derivan en infecciones, hongos y la muerte progresiva del árbol.

"No vamos a ver las consecuencias mañana. Esto lo vamos a pagar en cinco o diez años cuando empiecen a pudrirse y a caerse en medio de las tormentas", advirtió.

Falta de planificación y diálogo

Desde la organización vienen solicitando hace años una audiencia con el intendente Roy Nikisch, pero aseguran que no obtuvieron respuesta. "No hay políticas de arbolado, no hay planificación, no hay gente idónea al frente del área. Ponen personas que no conocen del tema y destruyen en minutos lo que tardó décadas en crecer", remarcó.

Además, Braslavsky cuestionó la falta de diálogo y la ausencia de respuesta institucional: "Nos comunicamos, hicimos presentaciones, hablamos con funcionarios, pero es como si no existiéramos. Nosotros no respondemos a partidos políticos ni a intereses privados, solo queremos cuidar el arbolado de Resistencia, que es nuestro capital verde".

Las consecuencias de perder árboles

El referente de Árboles Urbanos también alertó sobre el impacto que estas podas mal hechas pueden tener en la salud y la calidad de vida de las personas: "En una ciudad donde las temperaturas superan los 50 grados, caminar 20 metros sin sombra es un riesgo. Mi mamá, que tiene 90 años, casi se muere de un golpe de calor porque no tenía reparo. Estamos destruyendo los pocos pulmones verdes que nos quedan".

Para cerrar, remarcó: "Los árboles no son semáforos que se arreglan, son seres vivos que trascienden generaciones. No podemos seguir haciendo las cosas así, a las apuradas y sin conciencia. Esto nos va a pasar factura a todos".

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