Beber en las fiestas: cuáles son sus efectos psíquicos y físicos

"Es importante hablar de esto en este momento porque se juntan la necesidad de festejar con las ganas de consumir y el contexto social y familiar que se presta para beber más de lo que el organismo puede tolerar", comenzó diciendo.

Cúneo indicó que el problema radica cuando "no hay límites para consumir alcohol y aumenta la circulación en sangre y afecta de manera psíquica y física".

"Los problemas más evidentes son los físicos porque se pierde estabilidad, los reflejos y desde el punto de vista psíquico se puede sentir una dosis de euforia que altera la conducta del individuo, porque se ve potenciado y piensa que puede sobrellevar cualquier situación como manejar a gran velocidad, realizar maniobras inadecuadas y también pierde la percepción por alteraciones visuales y auditivas", explicó.

"El hecho de manejar un vehículo después de tomar alcohol implica un gran riesgo porque la respuesta de la persona ante la emergencia está muy postergada", agregó.

Por otra parte dijo: "Tengo confianza en el nuevo equipo que está en la Municipalidad que van a comenzar a controlar y aplicar las normas que existen, no solo de alcoholemia sino también con los horarios de venta de alcohol y el expendio a los menores de edad, eso se tiene que poner en marcha a nivel municipal y provincial".

"La población desconoce el tiempo que tarda el alcohol para metabolizarse en el cuerpo, es decir, lo que tarda en ser eliminado del organismo. Es prácticamente una hora por vaso", continuó.

"El alcohol también se estaciona en las zonas de depósitos grasos que hay en el organismo, algo que favorece a que se elimine más lentamente", añadió.

"El alcohol afecta y mata un montón de células del cuerpo. Algunas de las consecuencias del consumo crónico son la demencia alcohólica, neuropatía, posteriormente se puede producir una cirrosis. El organismo tiene una capacidad amplia de recuperación y formación de tejidos y células, pero hay zonas que son más sensibles", sostuvo.

"El acompañamiento y la educación de los padres en temas de alcohol es algo a desarrollar ampliamente. Cada vez va aumentando más el margen de tolerancia de la conducta del adolescente", resaltó.

"La idea de esta generación de padres es la de que a medida que sus hijos van creciendo creen que también se van desarrollando sus habilidades de aprendizaje, de comportamiento, de valores, como que es algo natural. El planteo habitual es pensar que el crecimiento físico va acompañado de un crecimiento cognitivo, pero no es así", señaló.

"La base del comportamiento se aprende, entonces la función de los padres en cuanto a calidad de tiempo que pasan con sus hijos es lo que no se debe perder y creo que se está tomando conciencia de esto", destacó.

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