"Satán de los Esteros": el libro sobre el crimen ritual de un niño correntino se presentará en la FIL 2023

El 6 de octubre de 2006 Ramón Ignacio González, o “Ramoncito” como todos le decían al nene de 12 años que solía vender estampitas cerca de una vieja estación de trenes, salió de su casa en la localidad correntina de Mercedes para ir a la escuela, pero nunca llegó. En el camino fue víctima de una secta que lo asesinó salvajemente en medio de un ritual satánico. 

"Esta es una investigación sobre el primer crimen ritual que se cometió en la historia moderna argentina, por lo menos el que la justicia reconoce desde 1810 hasta acá", dijo.

"Me interesó diferenciarme un poco de otras investigaciones que se hicieron y comenzar humanizando a Ramoncito, contar su historia, quién era, luego pasar al caso y finalmente al gran impacto político que tuvo en la provincia. Compartir también algunas dudas que tengo sobre los responsables del caso, porque si bien se condenó en dos juicios a 10 personas en total, se provó en el desarrollo de la investigación que fueron una especie de grupo operativo que tenía encargado cometer el crimen, pero dependían de otras personas que pagaron para que se consume el crimen ritual porque creían que iban a tener un beneficio económico-social", explicó.

"La justicia se movió de una manera bastante aceptable para investigar al grupo que cometió el crimen, que antes de eso había secuestrado y torturado a otros chicos y algunas de esas sesiones se filmaban para ser vendidas como pornografía infantil. Cuando hubo que avanzar hacia los grupos de mayor responsabilidad, hacia los instigadores que se cree que pagaron, hubo irregularidades", contó.

"Había un juez que era familiar de uno de los sospechosos, por ejemplo. El grupo de policías y peritos que trabajó muy fuerte en la primera etapa de la investigación fue desarmado cuando hubo un cambio de gobierno y cada uno de los investigadores fue enviado a una punta de la provincia, incluso hubo peritos especializados que trabajaron en el caso que sufrieron consecuencias muy graves", remarcó.

"Una particularidad es que en el caso trabajó un antropólogo social, que era quien más conocía sobre religiones y creencias populares en ese momento e hizo un aporte muy importante que tuvo que ver con la interpretación de la escena del crimen ya que el despacho donde dejaron el cuerpo tenía un significado para este grupo y gracias a su trabajo se pudo avanzar mucho en la investigación", precisó.

"Sin embargo, luego fue apartado de su cargo como director de un museo en el que trabajaba, pero también hubo otros funcionarios que sufrieron consecuencias", aseguró.

Sobre el trabajo que realizó para escribir el libro, Gentile dijo: "hice 30 entrevistas para este libro, accedí a toda la causa judicial y algunos documentos reservados de la investigación, fue difícil hablar con la familia del nene, lo mismo con la testigo protegida porque vio todo lo que pasó y eso deja huella. Ella intentó quitarse la vida y tuvo que ser tratada por profesionales".

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