Prevención del suicidio: "Cuanto más lo hablamos, quienes están pasando por una situación difícil pueden saber que no están solos"

"Respecto al suicidio existe un mito que dice que cuanto más lo hablás, más lo fomentás, pero es al revés, cuanto más lo hablamos, quienes están pasando por una situación difícil, luchando con su salud mental y estas ideas suicidas, pueden saber que no están solos, que pueden buscar ayuda", comenzó diciendo.

"Si bien hay cuestiones que escapan de nuestro control, hay otras que se pueden detectar o prevenir si nos informamos, hacer algo al respecto", marcó.

"Cuando sucede un suicidio hay mucha culpa en las personas que se quedan, porque si bien hay signos que uno puede tener en cuenta para prestar atención, no siempre se ve. A veces la depresión se esconde atrás de un falsa felicidad, de una sonrisa", manifestó.

Por otra parte señaló que algunos aspectos a tener en cuenta son: "Cuando a alguien su futuro le parece muy negativo, vacío, le da lo mismo, cuando empieza a descuidar su imagen, su salud, su casa, lo que antes le parecía importante, cambia de hábitos, de humor, hay que escuchar activamente de lo que habla esa persona porque muchas veces vamos a poder ver si tiene esperanzas, cómo se ve a sí misma y a su entorno".

"Tenemos que entender que esa persona siente un sufrimiento muy intenso y no ve una salida. Hay que escuchar por debajo de las palabras, lo que esa persona está intentando comunicar, si ese sufrimiento brota en lo que hace o dice", resaltó.

"Todos podemos pasar por una situación de depresión, pero también va a depender de qué recursos psicológicos y sociales tenemos para salir adelante. Si una persona carece de recursos, hay que prestar atención", apuntó.

También señaló que no hay una sola causa de suicidio y que existen factores de riesgo como los antecedentes familiares, el contexto que influencia en la persona, cómo se siente en cuanto a su desarrollo. "De hecho, el rango etario de las personas que deciden suicidarse está entre los 15 a 24 años, es decir, adolescentes y jóvenes, seguido por los ancianos", indicó.

"En la adolescencia se juegan muchísimas cosas, la persona está tratando de construir quién es con presiones sociales y familiares y a veces eso lleva a que tomen esta decisión", señaló y detalló que "la depresión se constituye por tres pensamientos negativos: pensamiento negativo de mi mismo, pensamiento negativo del futuro y pensamiento negativo de mi alrededor. Si notamos esto en alguien, es una señal de alerta, no necesariamente va a tomar la decisión de suicidarse, pero hay algo que no está bien".

Betjan señaló otra de las aristas que se crea sobre esta problemática. "Muchas veces se dice que quien se suicidó era valiente o egoísta, pero no es ninguna de las dos, era una persona que no sabía qué hacer y sentía que la única salida era esa. También uno se pregunta por qué nos hizo esto, pero muchas veces esa persona siente que es lo mejor que te puede hacer porque cree que es una carga y que te está solucionando algo al tomar esa decisión".

En ese sentido, remarcó la importancia de acercarse a hablar y escuchar. "Nadie quiere terminar con su vida, quiere terminar con su sufrimiento, pero como no saber cómo hacerlo, ataca a su vida como un efecto colateral. Hay que escuchar ese sufrimiento, hablar, y si hay señales claras, ser claros con la pregunta '¿Vos te querés suicidar?'. Es fuerte, pero tal vez en esa pregunta encuentra la respuesta".

En caso de que las señales sean claras, hay que fomentar la búsqueda de ayuda y comunicarlo a la familia, a las autoridades, al centro de salud más cercano, "y no prometerle a la persona que no le vamos a decir a nadie".

Podés contactarte con Gabriela Betjan al 3625-185619 o por Instagram a @psicologa.gabrielabetjan

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