Resistencia marchó en pedido de justicia tras el asesinato de Sol Gómez Montiel

Resistencia fue escenario de una masiva movilización en reclamo de justicia por el femicidio de Sol Gómez Montiel, la niña de 13 años asesinada en Fontana. Familiares, amigos y vecinos se congregaron en el mástil de la avenida 9 de Julio y marcharon hasta la Fiscalía, exigiendo el esclarecimiento del caso. La manifestación estuvo marcada por carteles, bocinas y globos, expresando el dolor y la indignación de la comunidad.

Jimena Cabrera, vocera de la familia de la víctima, expresó su preocupación por el avance de la causa y confirmó que la nueva fiscal del caso los recibiría tras la protesta. “Queremos que no se encajone la causa y que se investigue el accionar de la Policía en las Comisarías 1ª, 2ª y 3ª de Fontana”, reclamó. Cabrera denunció que los familiares de Sol han recibido amenazas y que “las personas implicadas están protegidas”. Además, cuestionó el desempeño policial: “No hubo un protocolo. ¿Cómo no pudieron encontrar el cuerpo de una niña dentro de una casa?”. También exigió medidas de seguridad para la familia de la víctima, asegurando que “hasta ahora, se está protegiendo a la familia del asesino, mientras nosotros pedimos custodia”.

Entre las miles de personas que se movilizaron, la abuela de Sol, Julia Montiel, encabezó la marcha con lágrimas en los ojos. “Nosotros la buscamos, y nosotros la encontramos”, expresó con dolor. Recordó a su nieta como una niña “transparente, brillante y amorosa” y lamentó que el crimen ocurriera tan cerca de su hogar: “Me la arrebataron a tres casas de la mía”. Con la voz entrecortada, agregó: “Jamás imaginé que esa persona que pasaba por mi casa le haría esto a mi nieta”.

El crimen que conmocionó a Fontana

Sol Gómez Montiel fue encontrada sin vida el pasado viernes 21 de marzo en una vivienda del barrio Aipo, en Fontana. El principal sospechoso es Benjamín Castillo, un joven de 18 años y vecino de la víctima, quien se encuentra detenido. Según la investigación, la menor había salido a comprar a un kiosco cercano antes de ser asesinada en la casa de Castillo, ubicada a solo cuatro cuadras de la suya.

La comunidad exige justicia y el avance de la investigación, mientras el caso sigue en manos de la Fiscalía.