Locura por los pastelitos en Resistencia: vendieron más de 800 docenas en un fin de semana

Una hazaña pastelera se vivió este fin de semana patrio en Resistencia. “Pastelitos Olivia”, el emprendimiento familiar liderado por Mirna Ramírez y su esposo, logró vender la asombrosa cifra de más de 800 docenas de pastelitos, lo que equivale a casi 10.000 unidades. Todo un récord para esta pareja que ya se ganó el corazón (y el estómago) de los vecinos con su sabor tradicional y su estilo bien chaqueño.

“No dormimos, se fritó toda la noche y toda la mañana”, contó entre risas Mirna en una entrevista con Radio Libertad. La producción de semejante cantidad de pastelitos fue posible gracias al trabajo a contrarreloj de un pequeño pero rendidor equipo: tres chicas en la cocina, más ella y su marido. “Esta vez las chicas se encargaron de todo porque yo también tengo otro negocio, así que nos repartimos”, explicó.

Pero no fue solo el sabor lo que se llevó todos los aplausos: también pusieron color y alegría al trabajo, vistiéndose para la ocasión y apostando a lo lúdico. “Queríamos que fuera distinto, que haya diversión, a pesar del cansancio”, relató Mirna.

El reinado del membrillo

Aunque tradicionalmente el pastelito de batata es el que más sale, este año hubo una gran sorpresa: arrasó el de membrillo. “Nos quemó los papeles”, bromeó Mirna. De hecho, en esta edición prepararon 350 docenas de batata, pero los de membrillo volaron primero, seguidos por los de dulce de leche.

Campeones del sabor

“Pastelitos Olivia” no es un nombre desconocido para los amantes de las masas dulces. Ganadores del campeonato de pastelitos que se realizó en Resistencia, la fama del emprendimiento creció como la masa en aceite caliente. “Desde entonces, la gente no nos suelta más… en realidad, nunca nos soltaron”, se rió Mirna.

Además del carrito en la esquina de la Universidad Nacional del Nordeste, frente al “tótem” de la UNNE (que Mirna define como “nuestro obelisco chaqueño”), el local fijo está ubicado en avenida Chaco 610, donde venden viandas, comidas caseras y, claro, los mejores pastelitos de la ciudad. “Los piden por WhatsApp, los hago calentitos y los vienen a buscar”, aseguró.

Y si todavía queda alguno, hay que apurarse: “Nos quedaron unas 20 docenas, como mucho”, avisó.

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