A diez años del primer Ni Una Menos: radiografía de una lucha que no se detiene

“Pensaba en Cecilia y en aquel primer Ni Una Menos con el caso de Chiara Páez como detonante. Esa movilización de 2015 marcó un quiebre: dijimos basta, no vamos a tolerar que nos sigan matando sin que nadie diga nada”, expresó Gasparini al recordar tanto el emblemático caso de Cecilia Strzyzowski como el inicio del movimiento Ni Una Menos en Argentina.

Gasparini forma parte del espacio Mumalá, que desde hace años sostiene un registro mensual de femicidios. “En estos diez años contabilizamos 2.590 víctimas de femicidios. No son números: son mujeres asesinadas por el solo hecho de ser mujeres”, enfatizó.

“La sociedad no es la misma, porque nosotras ya no somos las mismas”

Para Gasparini, el impacto del movimiento feminista fue transformador, incluso en los marcos legales. “Hoy tenemos recursos y herramientas públicas. Ya no nos dicen que es normal lo que nos hacen. Antes, la violencia no tenía nombre. El femicidio no era reconocido”, explicó.

Pero también advirtió sobre los intentos de confundir o minimizar el problema. “Todavía escuchamos: ‘bueno, pero si una mujer mata a un hombre, ¿Cómo se llama eso?’. Hay una intención detrás de esa confusión, que es parte de la resistencia de un sistema patriarcal que conserva privilegios para ciertos grupos de varones en detrimento de nuestros derechos”.

“Sin presupuesto, los derechos se vuelven letra muerta”

Consultada sobre la eliminación del Ministerio de Mujeres y la desfinanciación de programas, Gasparini fue contundente: destacó avances como las modificaciones en la Ley 26.845, la Ley Micaela o el reconocimiento de nuevas formas de violencia, como la obstétrica y la digital. “Todos esos logros son resultado de la lucha en las calles, en las instituciones y en los medios, donde muchas periodistas nos dieron voz”.

Sin embargo, lamentó que esos avances estén siendo desmantelados. “Los modelos de derecha o ultraderecha se valen de nuestras propias falencias institucionales para decir ‘esto no sirve’, y lo tiran abajo como si no nos costara vidas”.

“Negar los femicidios es poner en riesgo a la mitad de la población”

Gasparini fue especialmente crítica con los discursos negacionistas: “Si desde el Gobierno nacional, la máxima autoridad del país, se niega la violencia de género o los femicidios, estamos en un problema grave. Es negar la realidad. Y cuando se niega la realidad, las principales víctimas —que somos las mujeres y las disidencias— quedamos en riesgo”.

También denunció la falta de perspectiva de género en la administración actual y sus consecuencias: “La violencia no desaparece porque la niegues. Si trabajaste toda tu vida y te reprimen cuando reclamás una jubilación digna, eso también es violencia”.

“Resistir, decir y avanzar: no vamos a retroceder”

Sobre el final de la entrevista, Gasparini compartió qué la mantiene en pie: “Me da esperanza salir a las calles y encontrarme con otras mujeres que no están dispuestas a tolerar que nos sigan matando. Tenemos que resistir, hablar y no dejar de nombrar las cosas como son”.

Anticipó su participación en la marcha del 3 de junio en Buenos Aires y destacó la articulación con otros sectores sociales. “Vamos a estar junto a trabajadoras del Garrahan, jubiladas, personas con discapacidad, profesionales. Porque los hospitales públicos atienden a todas y todos, sin importar cuánto tenés. Esta lucha nos atraviesa como sociedad”.

Gasparini cerró con una firme declaración de principios: “Las conquistas que logramos son los derechos que nos faltaban. No podemos retroceder. Tenemos que defender lo logrado e ir por más, porque todavía falta mucho”.

Mirá la entrevista completa.