¿Cómo impacta la crisis económica en nuestra salud mental?

"Somos seres biopsicosociales, es decir, biológicamente estamos constituidos por un ADN y estamos incididos por el contexto social que nos rodea y hay una parte que se encarga de juntar todo esto, formando quienes somos y cómo vamos a reaccionar a lo que pasa. Siempre vamos a tener influencia de lo que está pasando a nuestro alrededor", explicó.

"El clima está tenso, cuando uno sale a la calle nota cierta hostilidad e irritabilidad en la gente. Si bien son cosas que siempre pasan, en momentos como estos se nota más", manifestó.

"El argentino vive de crisis en crisis. En el país esto es un ciclo, una persona grande te dice que ya vivió esto. El argentino está marcado por ciclos y traumas en cuanto a contextos económicos y sociales y esto termina repercutiendo en el día a día", remarcó.

"Uno trata de gestionarlo en la medida de lo posible, pero a veces nos desborda. Ni quien más herramientas tenga va a poder estar impoluto ante esta situación", sostuvo.

"Esto afecta a las relaciones, a la capacidad de creatividad, de buscar soluciones, nos empezamos a sesgar. Ante tanta incertidumbre uno empieza a vivir en estado de alerta, donde la mente está esperando a que algo malo pase en cualquier momento y eso nos lleva a estar a la defensiva", desarrolló.

"No nos damos cuenta y nos defendemos de cosas o personas que no nos están atacando. Todo esto es un caldo de cultivo para la ansiedad, depresión, frustración, irritabilidad, desesperación y desgano", subrayó.

En cuanto a la posibilidad de no llegar a fin de mes dijo que "lo que decimos constantemente nos alimenta para bien o para mal en cuanto a nuestra salud mental. Esto no se trata de 'fingir demencia' y hacer como que no pasa nada, sino preguntarnos de qué sí me puedo ocupar. En cuanto a lo económico nos quedamos con lo conocido, pero hoy tenemos muchas herramientas para ordenarnos financieramente y de esa manera nos estamos ocupando de mejorar nuestra situación".

"Cuando nos ocupamos, nos preocupamos menos. A veces hay que hacer pequeños cambios, aceptar la realidad en la que estamos, no para resignarnos sino para ver qué podemos hacer con lo que nos pasa", afirmó.

Y añadió: "Está bien llorar, pero no hay que quedarnos en eso. Muchas veces accionamos y nos seguimos quejando, eso contamina nuestro bienestar. Hay que intentar que nuestros discursos sean más positivos, reenfocarnos en lo que sí podemos hacer, aprender de lo que nos pasa, tener espacios de disfrute y, si esto es crónico, buscar ayuda".

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