La banalización de los diagnósticos: no todo lo que vemos en redes sociales habla de nosotros

“Hoy está de moda ‘tener algo’. Nos identificamos con un reel y ya creemos que tenemos un diagnóstico. Pero eso es una simplificación peligrosa”, sostuvo Betjan.

La licenciada en Psicología explicó que, en el ámbito clínico, los diagnósticos no se hacen a partir de uno o dos síntomas aislados. “En terapia se evalúan múltiples factores: el contexto, la frecuencia de los síntomas, su intensidad, su duración y el impacto en la vida cotidiana de la persona”, detalló.

Salud mental, redes sociales y desinformación

Para Betjan, la creciente exposición a contenidos psicológicos en redes como Instagram o TikTok puede ser positiva si promueve el cuidado de la salud mental, pero advierte sobre la superficialidad con la que muchas veces se abordan temas sensibles.

“Está buenísimo que la salud mental se viralice. Yo también invierto tiempo en eso. Pero ni un posteo, ni un reel, ni un TikTok reemplazan a un verdadero diagnóstico profesional”, remarcó.

Uno de los principales riesgos, explicó, es la necesidad social de nombrar todo de manera inmediata: “Hoy tenemos intolerancia al dolor, a la frustración, a la angustia. Entonces, enseguida queremos ponerle un nombre a lo que sentimos y caemos en las etiquetas”.

Betjan mencionó que muchas personas pueden presentar rasgos de trastornos como ansiedad, depresión u obsesiones sin que eso implique necesariamente un diagnóstico clínico.

La influencia del algoritmo y la falsa validación

Betjan utilizó un ejemplo para mostrar cómo las redes sociales moldean nuestra percepción sin que lo notemos: “¿Qué pasa si estás por tomar una decisión importante y ves un video donde alguien dice ‘no hay que pensar tanto, hay que ser impulsivo’? Quizás no coincidís, pero el algoritmo te sigue mostrando más de lo mismo. Así terminás creyendo que eso es lo correcto, solo porque te lo repiten”.

Y agregó: “Mi TikTok me dice que soy una persona que sufre porque es demasiado buena. Pero eso es porque le puse ‘me gusta’ a ese tipo de contenido. No me va a mostrar que quizás no estoy siendo responsable con quien tengo al lado”.

Incluso alertó sobre el hecho de que, muchas veces, quienes difunden estas ideas ni siquiera tienen formación profesional: “Ninguno de los perfiles que analicé era psicólogo ni médico. Solo eran virales”.

“Ni los psicólogos tenemos una única verdad”, afirmó.

Del hedonismo al extremo del cuestionamiento

Otro fenómeno que observó es el avance de una lógica hedonista que promueve la búsqueda constante del placer y la gratificación inmediata.

“Hoy todo nos dice que tenemos que hacer lo que nos gusta. Pero hay cosas que no van a gustarnos y tenemos que hacerlas igual. El sufrimiento también es parte del proceso. Un examen aprobado requiere estudio. Una buena salud requiere hábitos que no siempre son placenteros”.

Para Betjan, el riesgo también está en quedarse solo en la reflexión sin pasar a la acción: “Está bien preguntarnos cosas, pero si solo pensamos y no hacemos, no avanzamos. También nos vamos a equivocar, también nos vamos a frustrar. Y eso es parte de vivir”.

Podés contactar a Gabriela Betjan en Instagram y Facebook como @psicologabrielabetjan o al WhatsApp 3625-185619.

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