Papalía: “A los varones se nos enseña que la violencia es una herramienta”
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Papalía: “A los varones se nos enseña que la violencia es una herramienta”

“Mientras más violentos, más machos”. Con esta frase tan cruda como certera, el doctor en Derecho, docente e investigador Nicolás Papalía resume una de las bases sobre las que se ha construido históricamente el modelo tradicional de masculinidad. En una charla con Radio Libertad, profundizó sobre la urgencia de repensar los mandatos sociales que pesan sobre los varones y su vínculo con la violencia, la salud mental y las relaciones afectivas.


22/07/2025
 /  libertaddigital.com
 -  Sociedad  /  Redacción: Soraya Casco

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“A los varones se nos enseña que la violencia es una herramienta disponible. Y cuando la usamos, somos reconocidos por nuestros pares como más varones”, sostuvo Papalía.

Desde pequeños, señala el investigador, los varones son socializados a partir de un mandato violento: no está permitido pedir ayuda, ni llorar, ni hablar de lo que se siente. La escena es típica: un conflicto en la escuela no se resuelve dialogando ni acudiendo a la maestra, sino “a las trompadas en la puerta del colegio”. Esa es, según el modelo tradicional, la manera aceptable de ser varón.

La masculinidad como mandato

Papalía señala que estas ideas no son propias de un espacio político o ideológico, sino que atraviesan a toda la sociedad. “Hay que revisar cómo construimos las masculinidades porque esto tiene consecuencias concretas en todos los ámbitos”, expresó.

Una de las claves que propone Papalía es evitar el enfoque culpabilizador y, en cambio, invitar a reflexionar sobre cómo las normas de género también afectan negativamente a los propios varones.

“Es difícil convocar desde ‘vengan, vamos a renunciar a los privilegios’. Pero si entendemos cómo estos mandatos nos condicionan y dañan, quizás sea más sencillo empezar a desarmarlos”, reflexionó.

Empezar por el terreno de las emociones puede ser un buen primer paso: “A los varones se nos permiten emociones como la ira o el enojo, pero no el llanto ni la ternura. Decir ‘te amo’ o pedir un abrazo nos cuesta horrores porque fuimos educados para que eso sea sinónimo de debilidad”.

Las estadísticas también hablan

Lejos de ser un tema menor, Papalía advierte que las consecuencias de esta socialización masculina son graves: “¿Quiénes son la mayoría de las víctimas en accidentes de tránsito, suicidios adolescentes o en las guerras? Los varones. Y muchas veces esas muertes se naturalizan porque están asociadas a esta idea de masculinidad violenta.

Según el especialista, estas estadísticas no solo deben preocuparnos como sociedad, sino también servir como punto de partida para una reflexión urgente sobre el modo en que se enseña a ser varón en nuestra cultura.

“Cuando hablamos de género, no solo estamos hablando de mujeres. También hablamos de cómo los mandatos patriarcales nos condicionan a todos”, concluyó Papalía.

En esta nota: #masculinidades

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