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Bicho de Radio
“Todos tenemos un cerebro social que se activa cuando sentimos amenaza o desvalorización, incluso con algo tan simple como escuchar que hablan mal de nosotros”, explicó Valeria Cividini en una nueva columna de Recursos Humanos en Radio Libertad. La especialista abordó un tema clave en la convivencia laboral: cómo los comentarios, actitudes o gestos dentro de una organización pueden disparar reacciones químicas en el cerebro que generan estrés, ansiedad o sensación de peligro.
¿Qué es el cerebro social?
El llamado cerebro social es la parte de nuestro sistema que se activa ante situaciones que afectan nuestro sentido de pertenencia o estatus dentro de un grupo. “Si escucho que dos compañeros hablan mal de mí, o peor, si es mi jefe quien lo hace, el cerebro lo interpreta como una amenaza real. Aunque no haya un peligro físico, sentimos inseguridad, ansiedad y la necesidad de defendernos”, detalló Cividini.
La coach señaló que los líderes deben ser especialmente cuidadosos con sus palabras, ya que su influencia emocional puede ser determinante en el clima laboral. “Una frase dicha sin pensar, aunque sea en tono de broma, puede desencadenar una crisis. A veces una simple broma como ‘acá son todos unos muertos de hambre’, dicha por un jefe, genera enojo, vergüenza y desmotivación en todo el equipo”, relató.
Palabras que construyen o destruyen
Cividini enfatizó que la forma de comunicarse es clave para mantener relaciones laborales sanas. “En las empresas muchas veces los líderes no están capacitados. Creen que levantar la voz o imponer miedo es autoridad, cuando en realidad lo que logran es que el equipo entre en modo alerta permanente”, explicó.
El cerebro, al sentirse en peligro, libera cortisol, la hormona del estrés, afectando no solo la concentración y el rendimiento, sino también la salud física y emocional. “Ningún sueldo compensa un clima tóxico. Es mucho más fuerte la sensación de inseguridad que genera el maltrato o la falta de reconocimiento”, remarcó.
Cómo evitar el colapso emocional
La especialista también ofreció herramientas para “regular” ese cerebro social y lograr una convivencia más saludable:
- Capacitación constante para líderes y equipos.
- Comunicación clara y empática.
- Espacios de diálogo y acompañamiento.
- Técnicas de relajación o meditación.
- Protocolos de buen trato dentro de las organizaciones.
“Un líder va a enojarse cien veces por día, porque trabaja con personas, no con robots. Pero debe aprender a manejar esa emoción para no colapsar ni generar más tensión en su equipo”, señaló.
Además, advirtió que la sobrecarga y la multitarea permanente alimentan el estrés: “Vivimos a 220, siempre haciendo mil cosas a la vez. El cerebro necesita descanso, necesita silencio, necesita no hacer nada. Ese es el verdadero tiempo libre”.
Humanizar el trabajo
Cividini recordó que tanto empresarios como colaboradores son personas atravesadas por emociones, problemas y miedos. “Los dueños de empresas no son máquinas. También se frustran, también se angustian. Por eso es importante humanizar el liderazgo”, sostuvo.
Finalmente, invitó a quienes busquen acompañamiento o estén en búsqueda laboral a contactarse con Link Nea, empresa que actualmente selecciona perfiles para vendedores y cajeros.
Instagram: @link.nea
Web: www.linknea.com
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