Sopa paraguaya, cómo preparar este manjar bien litoraleño

Se debe mirar la harina, ya que si es muy grueso el molido, se debe colar debido a que trae algunos restos del maíz. De lo contrario, sirve la que viene empaquetada.

Se pican unas cuatro cebollas medianas, con molde enmantecado y enharinado (con la misma harina de maíz para que pueda ser consumido por celíacos). Se corta la cebolla en "pluma",  es decir gajitos bien finos. Una vez listos, se coloca 100 gramos de manteca en una sartén donde se rehogará la cebolla con un poco de sal y pimienta a gusto. La cebolla deberá estar tierna y cristalina, sin dorar.

Posteriormente, se coloca en un recipiente para que se entibie. Luego se agrega una taza de leche y una de agua. Allí, se diluye una cuchara sopera al ras de polvo de hornear y se agrega a la cebolla.

Se utilizan huevos que deben cascarse para mezclar en la preparación. Una vez listo, se incorpora en forma de lluvia y progresivamente, para que no se arme grumos, una taza (240 gramos) de harina de maíz. Se sigue mezclando, luego se suma un tercio más de harina. Para que luego repose unos diez minutos.

A continuación, se agrega queso de chivo o cremoso (o ambos) unos 400 gramos, en cubitos y mezcla con la preparación. Se le agrega sal y pimienta a gusto para llevar a la fuente y de ahí al horno a unos 180° hasta que la superficie esté dorada.

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